Los valores epistémicos son aquellos juicios que intervienen en los procesos de decisión para evaluar el conocimiento. Éstos determinan, por ejemplo, si una teoría científica es “buena” o no lo es. Se comparten entre las personas de una disciplina (por ejemplo, la comunidad científica) y son idealmente objetivas y neutrales. Estos son unos de los valores epistémicos más importantes:
Los valores epistémicos son muy útiles puesto que nos guían en la adquisición del conocimiento, nos ayudan a construirlo de una manera sincera, controlada y responsable. Son beneficiosos porque sirven de columna vertebral en la construcción del conocimiento. Por ejemplo, para que una serie de hipótesis se conviertan en teoría científica deben ser testables; si no cabe la posibilidad de que distintos científicos comprueben (una y otra vez) que sus hipótesis se cumplen, no se justifican sus afirmaciones y por tanto, no son candidatos adecuados para convertirse en teoría. La testabilidad es uno de los valores epistémicos esenciales en ciencia.
No obstante, cabe decir que los valores epistémicos no dejan de ser “valores” creados en un contexto cultural histórico determinado y en un marco de tipo de relato (relato científico, religioso, mitológico…etc.); es decir, son relativos a la historia y al relato en el que se toman como referencia (científico en el ejemplo expuesto). Un paradigma determina qué valores serán los que se van a compartir y por tanto, deberíamos tomar consciencia de cuáles son los valores que hemos escogido y por qué, así como de su posible mutabilidad.
Puede que perseguir los valores epistémicos sea un acto honesto y neutral, ¿pero y la elección para establecer esos valores?
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