Las nanopartículas son partículas microscópicas con dimensiones menores a 100 nanómetros y la ciencia que estudia y trabaja con las nanopartículas se llama la nanotecmología. Los expertos trabajan y manipulan las estructuras moleculares y los átomos con el fin de mejorar la vida de las personas. Está ciencia y su investigación actualmente están en auge y expandiéndose a grandes pasos. La razón de ello es su potencial aplicación en variedad de áreas como la biomedicina,óptica, electrónica, nanoquímica, agricultura, cosmética,...etc. Existen cantidad de nanopartículas con carácter propio que se pueden utilizar para funciones concretas.
Una de las áreas en las que se emplea la nanotecnología es el sector alimentario; dentro de este, el uso de los nanosensores está revolucionando el mundo de la creación de los envases, los cuales alargan la vida media de los alimentos frescos o procesados hasta que se abran y ahora además pueden hacer más que eso. Así pues, existen dos tipos de envase, el activo y el inteligente; el primero se lleva usando desde años, el segundo, en cambio, comienza a entrar en el mercado y a tener éxito.
El ejemplo de un envase activo puede ser el siguiente:
En el interior de este tipo de envase insertan una mezcla de gases o sustancias antimicrobianos que interactúan con el alimento, haciendo que este dure más tiempo inalterado. Algunos absorben olores, oxígeno, dióxido de carbono, humedad...etc. posible del alimento y otros, liberan sustancias para atacar a los microbios o posibles tóxicos que puedan aparecer. Y algunas de estas sustancias pueden ser nanopartículas.
En el caso expuesto, en la etiqueta pone "Envasado en atmósfera protectora", y esta esta envasada, concretamente, en atmósfera controlada, lo que significa que se ha envuelto el producto, se ha extraído el aire y se ha inyectado una mezcla de oxígeno puro, dióxido de carbono y nitrógeno; de esta manera, las reacciones bioquímicas se retrasan y se ralentizan ya que se ralentiza la respiración.
Además, debajo del lacón, como es típico en los envases de carne, hay un gel de sílice, una forma granular y porosa de dióxido de silicio, el cual reduce la humedad del alimento.
Pero, lo que de verdad está revolucionando el envasado, es el "smart packaging", como puede ser el envase de un brick de leche:
Los envases inteligentes, a parte de interactuar con el alimento, nos comunican información útil acerca de las propiedades con la ayuda de etiquetas, tintes o esmaltes. Para ello, estos tienen nanosensores alimentarios, dispositivos metidos en enzimas, orgánulos, tejidos, células, receptores biológicos, anticuerpos, ácidos nucleícos... capaces de convertir cualquier tipo de señal de deterioro ( eléctrico, térmico, óptico...etc.) del alimento en una señal.
En el ejemplo, hay un indicador de tiempo/temperatura, una etiqueta que detecta y controla la temperatura y el tiempo de conservación de la leche. Si la cadena de frío se ha roto o si el producto lleva mucho tiempo sin ser consumido, la etiqueta toma color. Con esta información, podremos saber si podemos comprarlo en el supermercado, si no lo podemos beber tranquilamente o en ninguna circunstancia. No obstante, existen más indicadores: indicadores de humedad, de fugas, de frescura, de presencia orgánica por microorganismos...etc.
Sin duda los envases inteligentes son parte del futuro próximo debido a su ventajas de conservación y ese plus de informar al consumidor para así favorecer la seguridad alimentaria. A su vez, para desarrollar este tipo de envases, es necesaria la investigación y el desarrollo de la nanotecnología.
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