La actividad de clasificar es una de las características humanas más representativas. Necesitamos clasificar para que cuando nos enfrentamos a algo en concreto, tengamos un contexto mental que podamos entender; de esta manera, podremos tomar decisiones más fundadas. Clasificar nos facilita la vida.
Esto lo hace la ciencia, que se divide en disciplinas o ramas científicas según su fin y su método de funcionar, aunque cabe decir que esta clasificación ha variado en el tiempo. Esta clasificación ayuda a que progresen los métodos, herramientas pertinentes de cada ciencia y así, se desarrollen más profundamente. No obstante, hay que destacar que ninguna ciencia es independiente de otra; una ciencia en concreto no avanza sin la ayuda de otras.
Y tampoco la ciencia es independiente del contexto en el que se desarrolla. Asimismo, la historia de la ciencia no solo intenta comprender el desarrollo de los logros de los conocimientos científicos, sean de la disciplina que sean, sino que también intenta comprender la actividad social, intelectual y económica que hay detrás.
Dicho esto y respondiendo a la pregunta del título, al igual que José Luis Pesset en su ensayo “Casi cien años de la historia de la ciencia”, creo que deberíamos hablar de la historia de la ciencia y no de las ciencias ya que el desarrollo de cada una de ellas está contextualizada en un contexto común, con factores comunes.
Al igual que los límites entre ciencias son difusos, lo son el estudio de las distintas historias de las ciencias. Al estudiar la historia de la biología, toparemos sin duda con la historia de la geología y viceversa puesto que son contemporáneas y dependientes. Al hablar de la historia de una ciencia en concreto, sería difícil no mencionar a otra, es parte del contexto.
Son las personas las que practican la ciencia, haciéndose en un contexto social y económico en concreto. Por tanto, la historia de la ciencia debería analizarse teniendo la perspectiva completa en el transcurso del tiempo.
Si habláramos de historia de las ciencias, nos referiríamos al estudio independiente de la historia de cada ciencia en concreto. En este caso, el ahondar en los aspectos científicos, sociológicos y económicos en concreto sobre cada una también sería de gran ayuda; en su contra está que las clasificaciones han cambiado y por tanto, los límites de las ramas han cambiado.
Dicho esto, creo que se deben estudiar las distintas historias de las ciencias siempre que se haga contemplándolo con la historia general de la ciencia.
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