2 de Mayo de 1915
Querido Fritz:
Antes de que me vaya, quiero que prestes atención a mis palabras y por lo menos, reflexiones a cerca de ellas.
¿Dónde quedó la época en la que serviste justamente a tu país? ¿Cuando hiciste posible sintetizar el amoniaco y esto permitió a Alemania (y al resto del mundo) a no morir de hambre? Quiero que sepas que estaba orgullosa de tu labor científica y es por eso que te ayudé tanto para que triunfaras…Hice todo lo posible para que pudieras trabajar y yo, mientras tanto, me sacrifiqué sin poder avanzar en lo que más me gusta: la química. Lo dejé todo por ti, y ahora me arrepiento tantísimo…y no porque diste de comer a la población, he aplaudido mucho por ello, sino por lo otro, ya sabes a qué me refiero.
Que te alistaras en el frente no me gusto mucho, ya sabes que no soy partidaria de la guerra. Aun así, seguí estando a tu lado. Pero desde que pusiste tu laboratorio a disposición del ministerio de guerra…mi sensación de orgullo ha ido disminuyendo a paso de gigantes…Has creado explosivos y gases tóxicos para matar a gente... y no me importa quiénes sean estas personas. Sean alemanes o ingleses, son vidas humanas…
¿Utilizar la ciencia para destruir la humanidad? ¿Crees que ese es el propósito de la ciencia? Sin duda es algo terrible y tú lo tomas como acto de patriotismo…para mí, patria no es matar por tú país y dejar que tus ciudadanos se jueguen la vida…patriotismo es hacer avanzar a tu pueblo, y no a costa de otros, sino proporcionándole trabajo, salud y bienestar…
Has cruzado la raya de la moralidad con tus actos de “patriotismo” o mejor dicho, de "indiferencia" y "perversión". Y sabes cuántas veces he intentando que entraras en razón, no obstante, ya es demasiado tarde para cambiar tu testarudez…Tus actos me dan vergüenza. Ya no soporto ser la esposa de un asesino…Te dejo que juegues a matar, pero yo ya no lo voy a sufrir más ya que me marcho…a un lugar donde haya paz.
Tu esposa,
Clara.
Hozzászólások