La música es un arte que difícilmente disguste a nadie. Sea cual sea el género musical por el que optemos, a todos nos emociona escuchar música. Y aunque algunos de los procesos físicos que se producen cuando se escucha música estén definidos, el origen evolutivo y el proceso de la emoción todavía son objeto de estudio. ¿Y qué es lo que sabemos acerca del gusto por música?
Antes de nada, describamos lo que es "escuchar música". Por un lado, decimos “escuchar”, que no es lo mismo que "oír". Oír sería un acto físico inevitable ya que el sonido llega sin querer a nuestros oídos : el canto de los pájaros al despertarnos, el timbre de la casa, los sollozos que vienen del niño que se ha caído en calle, el ruido de los coches al pasar por al lado…etc. Oímos estos sonidos porque las ondas sonoras propagadas por el aire nos hacen vibrar nuestros tímpanos y al final, se convierten en señales eléctricas que detectamos, procesamos y analizamos en el cerebro. Escuchar, en cambio, está relacionado con la atención, que es el proceso cognitivo que nos permite orientarnos hacia los estímulos relevantes para nosotros; escuchar, más allá de la capacidad auditiva, requiere una predisposición, un esfuerzo. Y en el caso de la música, normalmente, somos nosotros los que decidimos prestarle atención (consciente o inconscientemente) para apreciar su ritmo, melodía y armonía. ¿Y eso por qué? Porque nos gusta la sensación que crea en nosotros, porque el cerebro, al escuchar música, secreta dopamina, el neurotransmisor del placer (que también se libera con la alimentación, el sexo o las drogas).
También debemos diferenciar "música" de "ruido". Una de las razones principales es que la la música tiene una estructura armónica. El sonido musical se crea por la vibración de cuerdas (como las cuerdas vocales las cuerdas de la guitarra) o columnas de aire (de un trombón) y tiene la capacidad de ser sonar armónicamente; el sonido armónico es un conjunto de ondas simples cuyas frecuencias son múltiplos de la frecuencia del primer componente fundamental. Y precisamente, al escuchar un sonido armónico, el cerebro lo reconoce y es ahí cuando las sensaciones y emociones empiezan a brotar.
Definido lo que es "escuchar música", preguntémonos el porqué de que nos guste. Como hemos dicho al principio, es difícil de responder a ciencia exacta ya que desconocemos, en gran medida, el funcionamiento del mundo de las emociones y tampoco han sido probadas las hipótesis respecto el origen evolutivo. Se piensa que nuestro cerebro nos recompensa con ese chute de dopamina porque al escuchar música, reconocemos ese estímulo, nos acerca a otro ser humano. La música, en sus comienzos primitivos, sería como una especie de lenguaje que existe en nuestra especie (también en otras) para reconocernos los unos a los otros, ese instrumento que valía para mantener unida a la manada, instinto claro de supervivencia. Por otro lado, se piensa que el ritmo podría haber ayudado a los humanos a la hora de cazar ya que la sincronización nos ayudaría a cazar como si fuéramos todos uno.
Otra de las incógnitas es el porqué de que nos guste un tipo de música; de momento, no se relaciona con la biología, sino con el entorno musical que uno haya tenido en su vida. Otra vez, ante lo desconocido, nos gustaría lo que nos es familiar. Por ejemplo, si te has criado en un entorno country no será raro que te guste la música country más que otra música.
Dicho todo esto, nos queda claro que uno de los requisitos para escuchar música es que tengamos que prestarle atención, tomarnos nuestro tiempo en ello; solo así nos dará esa secreción de dopamina en nuestro cerebro, lo que nos conduce a responder con unas emociones que difícilmente puedan describirse científicamente ni explicar mediante palabras. Por otro lado, hemos visto que priorizar las armonías a cualquier otro sonido no armónico es efecto de que nuestro cerebro está capacitado de decodificar las armonías de nuestra propia voz o de los instrumentos y anteponerlas a a cualquier sonido que no nos genere placer. Como conclusión general, podríamos decir que la música nos une como seremos humanos, que es un lenguaje universal que nos mueve por dentro y que aunque a día de hoy no sirva como instrumento de supervivencia, es imprescindible en nuestras vidas. La música es conmovedora y sería imposible ya que desapareciese de nuestras vidas.
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